Subí a casa casi a la velocidad con la que pasa un rayo esporádicamente por mi cielo. Cerré la puerta de un portazo cuando entré, por lo que deduje que mis vecinas "las más cotillas" se asomarían para ver lo que ha ocurrido a lo "radio patio veinticuatro horas". Me miré unas mil veces en el espejo: estaba espectacular. Lo siento pero no necesito abuela, tampoco la tengo, pero eso de echarme flores lo hago muy de vez en cuando porque me arreglo así como ya he dicho pero le añado algo más: muy de vez en cuando.
No sabía que tonos de sombra para los ojos ponerme, tampoco si ponerme un pintalabios que no desentonase mucho o si ponerme brillo para darle un toque de elegancia a la comisura de mis belfos. Conseguí por fin decidirme. Me pasé un lápiz de ojo por la linea interna inferior del ojo para intensificar y marcar mi mirada, me puse un poco de brillo en mis perfectos labios, me eché rimmel en las pestañas y así poco a poco fui maquillando mi monótona imagen de trabajadora mediocre.
Cuando ya finalicé me terminé de dar algún que otro retoque en el pelo, echarme la suficiente laca para darle fuerza y resistencia a mi cabello e irme corriendo escaleras abajo sin precipitarme rodando por ellas, cosa que al pensar me parecía espeluznante sólo el imaginármelo. Cerré la puerta de mi respectivo hogar, guardé las llaves en mi pequeño bolso, bueno el de mi amiga que en ese momento estaba en mi posesión pero que no pertenecía a mi persona, y bajé cuidadosamente.
-Sigo diciendo que esta chica va siempre muy mona - como no mis vecinas cotilleando, ya ni se escondían, pero como dije hace días son unas encantadoras ancianitas que hablan sin maldad alguna.
-Buenas tardes señoras - saludé con una sonrisa de oreja a oreja.
-No ligues mucho niña que esta noche no queremos jaleo - sabía perfectamente a que tipo de jaleo se refería pero por mi parte no iba a haber ninguno.
-Sólo voy a una cena de empresa - le informé - y no se preocupe que no tendrá ningún tipo de problema con el ruido - contesté mientras caminaba para mi destino y volví a sonreír.
No comprendía porque estas señoras no estaban en cualquier canal en el que hablasen del corazón porque seguro que se iban a ganar sus merecidos sueldos. Incluso ganarían más que yo, que ya es decir, aunque no es que precisamente gane un "señor pastón". Sin más rodeos llegué a mi escarabajo azul, me subí, arranqué el motor y me dispuse camino a mi rumbo. Puse la radio y estuve escuchando alguna que otra canción que en ese momento era la más escuchada por los demás y la que más odiaba yo, no sé por qué, pero lo que sé es que la odio y punto. Recordaba cada calle para situarme en el lugar donde se encontraba el restaurante y donde seguramente estaban ya todos posicionados en sus lugares.
Para mi suerte al llegar, sólo encontré a mi jefa y a algún que otro compañero de trabajo, de los cuales desconocía el nombre aunque tampoco es que me importase mucho.
-Hombre si no es la tardanza personificada. Que elegancia se respira por barrio bajero dos - sí, mi jefa se refería a mi pero por un oído me entraba y por el otro me salía - parece que te han echado un bote de pintura por encima Oliveira.
-Creo que se llama maquillarse y lo de barrio bajera bueno ... tampoco es que gane un sueldo con el que me pueda permitir un chalet. Además no necesito nada de eso - le contesté de mala gana -, y ¿dónde están los demás? - pregunté al aire para cambiar de conversación y no mandarla bien lejos.
-No lo sé, pero como no vengan deprisa se quedarán sin entrar en el restaurante que tanto me ha costado.
Ella y su dinero ... me dan arcadas cada vez que menciona el "pastón" que se gana a costa de los demás, en ese demás voy incluida por desgracia. Su señoría manda y nosotros como buenos trabajadores obedecemos, estoy harta pero no me queda otra que seguir aguantando sus impertinencias.
Entramos en el restaurante y yo me elegí el sitio más adecuado para pasar una buena noche, o al menos más tranquila, sin contestaciones o preguntas desagradables: en la otra punta de la mesa. Sin embargo no me libré de que Dan se pusiera a mi lado para darme conversación, o mejor dicho, a lo que el llamaba conversación.
-¡Vaya! Que guapa Oliveira. Creo que nunca te he visto ir de ese modo vestida por la oficina.
-No, para nada. Esto son situaciones especiales - contesté para que dejase de hablar de lo mismo, este chico me agotaba y amargaba la existencia.
La cena estaba pasando por agua, debido a la lluvia que estaba cayendo, pero aún así me reí de vez en cuando, aunque no sé si decir si libre u obligatoriamente, pero lo hice sin más. De aperitivos comimos canapés variados, de primer plato trajeron unas porciones de solomillo de cerdo a la mostaza, de segundo crepés de champiñón y para rematar nos daban a elegir entre crepes de chocolate, tarta de selva negra o fondant de chocolate. El caso fue ponernos entre la espada y la pared. Tener que elegir de esas tres delicias uno ... pues era un poco a "mala leche" la verdad.
-¿Os ha gustado el catering que he contratado? - preguntó mi jefa, aunque más que una pregunta era "como no digáis que sí os podéis dar por despedidos". Así que yo no dije nada porque para eso están los demás, para mojarse y yo pues aquí tan tranquila escuchando lo que decían los demás.
-A mi me ha encantado - dijo una chica que parecía que era nueva en la empresa porque no la había visto en mi vida. Que forma de despilfarrar el dinero en jovenzuelas que no saben ni encender un portátil.
-Yo sin duda he quedado encantado - como siempre Dan haciéndole la pelota a la superiora, que se pensaría él que por eso le iban a subir el sueldo.
-¿Y a ti Oliveira?, ¿qué te ha parecido a tí? - parecía que lo hacía con malas ideas. Me preguntaba para que le dijera "hombre has tenido un poco de mala leche a la hora de elegir tanta comida porque por tu culpa ¡me he saltado la dieta!".
-Bien, no tengo palabras - vale, no era eso lo que pretendía contestar, pero si no quería estar despedida ya me valía decir que era bueno, magnifico, increíble, único o tonterías de esas que se dicen para halagar, cosa que a mi no se me da nada bien.
-Bueno, pues esto no es nada para lo que nos espera. He contratado barra libre para todos así que podéis beber todo lo que queráis, para que después no digáis que soy buena - sonreía con esa media luna que tantas nauseas me daba al verla.
-¡Joder Giselle! No te ponía un piso porque ...
-Porque ya tengo una casa lo suficientemente grande que le da mil vueltas a las vuestras. Gracias por recordármelo Dan.
La odio, la odio, ¡la odio!. Por una parte me ha venido bien lo de la barra libre porque de esa forma me voy a poner como una cuba para olvidar la repugnancia que le tengo aunque mirándolo por el lado negativo dicen que "los borrachos y los niños son los únicos que siempre dicen la verdad" espero no irme mucho de la lengua hoy.
Todos nos fuimos a la barra de un bar que estaba en la otra punta de la calle pero que igualmente se podía llegar andando. Escogió una mesa al fondo para nosotros lo más alejada que pudiera para que tuviéramos libertad bebiendo y que nadie nos mirase con mala cara por ponernos como nos estábamos poniendo. Para mi sorpresa, Dan no bebió ni una gota de alcohol. Si acaso algún que otro licor, pero casi sin grados de alcohol o sin ninguno. Yo sin embargo comencé con un ron, le siguió un whisky, un vodka, ginebra, tequila ... y algunas cuantas bebidas de las que no recuerdo actualmente pero que me bebí casi sin respirar. De ahí la cuestión de que no pudiera levantarme ni del sofá en el que estaba acomodada.
Pero eso no fue nada para como me levanté al día siguiente. A partir de las cuatro de la mañana, hora en la que por fin creo que me recogí porque como digo no me acuerdo de nada, no era persona. Lo que a mi me gustaría saber es como llegué a mi casa.
Me desperté de la cama con un grave dolor de cabeza, para mi suerte hoy era fin de semana, es decir ayer fue viernes, y hoy no tenía que ir a trabajar que si fuera así no sabría como ponerme en pie y ni mucho menos bajar hasta mi puesto de trabajo en el cual hubiera sido despedida si hoy tuviera que ir. Pero eso no es todo ... lo peor estaba por llegar. Intenté levantarme de la cama, para ello me ayudé de mis manos e incorporarme para poder salir de la cama con triunfo. Así hice, no me resultó fácil hacerlo pero lo conseguí. Al estar en pie fui directa al baño porque mi vejiga me estaba pidiendo a gritos ir al baño y no me extraña con la gran cantidad de beber que me pegué ayer mi cuerpo hoy estaba exhausto. Salí del baño, me froté los ojos para poder ver con claridad y al mirar directamente para mi cama no sé como no me dio un patatús al ver lo que había en ella, no podía dar crédito a lo que mis ojos estaban divisando encima de mi propio lecho.
Pero... pero.... yo esperando el momento crucial y vas tu y.. lo dejas asi? Es que es para matarte, de verdad xD hajajaj diooos!! Seguro k es Dan, pork no kreo k sea su jefa xD jajajajaj!!! Kiero ya el siguiente jo xD un besito guapa, lo haces genial, aunk no se si lo has echo adrede pero la frase es los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, o verdades!!! xD bsts wapa!!!
ResponderEliminarOOOO lo dejas asii :( ANSIAAA Xd
ResponderEliminarPreciooso blog, si señor, muy bonito.
y tus fotos me fascinan.
espero verte pronto por mi blog.
un gran beso con sabor a limón <3
y nos dejas así???? Eres realmente cruel!!!! =P
ResponderEliminarSigue así que no me pierdo ninguna de tus entradas!!!!
Jejeje, claro que seguiré lo que pasa que me tiene que venir la inspiración divina. No os preocupéis xD
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