El pensar me hizo recapacitar.

Me sumí en un profundo sueño que seguramente sería debido al dolor de cabeza que tenía desde el día anterior. Ligué un día con otro durmiendo. Después de almorzar un triste yogurt porque no me entraba nada más en el organismo y que mis ojos, mientras veía la televisión en aquel incómodo sofá poco típico en mí, empezaran a convertirse en piedras pesadas se fueron cerrando poco a poco. A media madrugada tuve que levantarme de aquel revuelo de cojines molestos y devorar mi lecho cayendo en el de lleno y sin a penas quitarme la ropa que llevaba puesta desde que dejé a Dan en su casa.


El día siguiente era domingo. Me levanté como una rosa y a pesar de que este día me ponía triste estaba dicharachera desde que me levanté y ordenando la casa, no para nada en especial, sin pararme a pensar en que debía retomar la escritura y contarle confidencias a mi señor Diario. Y así hice nada más terminar de recoger todo lo que estaba por medio y patas arriba como esos cabezales que se precipitaron en el suelo nada más levantarme del diván fastidioso que llegó alguna que otra vez en cualquier otra ocasión a causarme daños reversibles en la columna vertebral si pasaba más de una hora sentada en él sin a penas movimiento.


-Querido Diario - mi habitual comienzo -, ayer digamos que no hice nada y lo hice todo a la vez. No sé si contarte que Dan estuvo en mi casa, en mi cama y sin pantalones dentro de ella a mi lado. Bueno que más da, ya lo he dicho y no hay marcha atrás. Pues sí, como te cuento. Él desgraciado ese, que al final va a ser que es bueno y todo, se metió en mi cama y osó desnudarse como quien está actuando para una película "X", de todos modos no me desagradó pero tampoco me hizo demasiada gracia encontrármelo casi "en bolas" encima de mis sábanas. No me gustaría pensar que se hubiera aprovechado de mí en el estado que iba: ebria, total y repugnantemente borracha perdida. También tengo que decir que ¡eso no era un hombre! ¡era una agrupación de musculatura y debilidad!. Parecía tan tierno durmiendo que me gustaría que estuviera así eternamente ... Pero bueno ¿para que perder un cuerpo escultural como el de Dan?. No me quiero desviar del tema, pero era necesario opinar sobre su cuerpo físico ya que su personalidad es ... no ... yo ... es como es y punto. Con sus más y con sus menos, más menos que más pero ni fú ni fá, tú me entiendes.


¡Que irónico! Decirle a un Diario, que realmente era una colección de folios en blanco, "tú me entiendes". Lo mío iba para documental. Lo más parecido a un bicho raro, pero no me lo hicieron porque decían que no admitían profesionales de la rareza, ¡que incultos!.


No sé si en algún momento dije lo que me ocurrió en su día con Dan. Bueno realmente lo que le ocurrió a otra persona con él y que de momento me estoy planteando si es verídico o era una de las muchas mentiras que me ha estado echando desde que éramos algo. 


Hace años, una chica estuvo trabajando en la oficina y ella y yo éramos compañeras y amigas. Las típicas amigas inseparables, tan inseparables que fuera a donde fuere siempre tenía que ir de su lado y viceversa. Pero llegó el día en el que la amistad se rompió y fue a causa de sus excesivas mentiras.


-Bea te prometo que no volveré a mentirte más. No he estado en ningún momento flirteando con Dan. No es lo que parece. De verdad no te enfades conmigo - suplicaba la que en un segundo pasó de ser mi amiga a una persona rastrera y traicionera.


-No sé como has podido Kelly. Me esperaba cualquier cosa de ti, es más siempre he confiado en tus palabras, pero sabía perfectamente que no iba a ser eterna nuestra relación amistosa. Me has estado utilizando, te has estado acercando a Dan poco a poco hasta que le has tenido en tus garras ¡sabiendo perfectamente que a mi me gustaba y que llevo una vida y media intentando hacerle ver que quiero mantener algo más que una relación laboral con él!. ¡Y tú de golpe y porrazo te has apoderado de él! - grité debido a la irritación de mis palabras.


-¡Beatrice!. No te consiento que me hables como si fuera una fulana que va de flor en flor, porque sabes que no lo soy.


-Yo ya no sé nada de ti - repuse mientras le señalaba con el dedo y con un gesto de extrañeza al ver la realidad - ya no te conozco Kelly. Y me has ... - me costaba mucho encontrar la palabra exacta para definir como me sentía con sus actitudes -, decepcionada. Sí, me has decepcionado y mucho.


-No te enteras Beth. No le gustas. Nunca le has gustado. Le he estado sacando información y me ha dicho que eras insoportable, que no eres su prototipo de chica y que si tuviera que elegir entre salir con las amigas de su abuela y contigo se quedaría con las primeras.


-De verdad es que eres ¡despreciable!.


-Seré todo lo que quieras, pero te digo la verdad. Literalmente sus palabras fueron "Beatrice es una chica que se despierta como un perro rabioso y que se acuesta como un monstruo verde".


-No quiero escucharte más Kelly, para mi has acabado y Dan se ha terminado contigo. Dejo el tema zanjado. Los dos sois tal para cual así que te dejo vía libre para que te vayas con él y para que te busques una nueva amiga porque a mi ni siquiera me tratarás como compañera de trabajo. Nunca más te aprovecharás de mi inocencia. - finalicé mi discurso de amiga defraudada por la persona que se podía definir como la hermana que nunca tuve.


Pero la evocación a mi pasado finalizó por un timbrazo que taladró mis oídos y alteró mis sentidos.

Preguntas.