domingo, 24 de abril de 2011

Besos deseados.

-¿Te gustaría tocar? - me dijo invitándome a sentarme en aquella banqueta del mismo color que ese piano que me enamoró a primera vista.


Sin más dilaciones me levanté con mi dedo curado por Dan y me senté en aquella banqueta preciosa y reluciente. No sabía tocar. Me daba miedo tantear cualquier tecla y hacerle daño. Su sonido estruendoso, al tocar al libre albedrío, no me gustaba por lo que únicamente me senté con las manos en las rodillas mirando cada clavija casi sin respiración por el respeto que se merecía tanto la melodía como las personas que la componen.


-¿Te ayudo?. - preguntó Dan al ver mi pasividad y mi mirada clavada en aquel instrumento en blanco y negro - Es sencillo, sólo tienes que dejarte llevar. - sonrió.


Se sentó a mi lado. Puso sus manos en las teclas del piano y comenzó a tocar sin casi mirar las partituras que se amontonaban en el atril. Me miraba y sonreía. Cerraba los ojos y sentía la música. Marcaba cada toque con un golpe seco de cabeza, y todo junto con una melodía triste y melancólica pero que a la vez era preciosa. Me animó varías veces a que posara mis manos y teclease pero como ya dije me daba pánico hacer daño a los oídos melodiosos de los que saben tocar. Prefería escuchar la hermosa melodía, que acariciaba mi tímpano, de las suaves y frondosas manos de Dan que se movían sin parar de una tecla a otra. Fue capaz de sacarme alguna que otra sonrisa y hacer que se me saltasen las lágrimas de vez en cuando pero menos mal que él no se daba cuenta por sus sacudidas de cabeza y sus ojos suavemente cerrados para sentir cada pulsar del piano.


Yo no era especialmente experta en cuanto a instrumentos se trata pero si que podía moverme. Mi madre de pequeña me apuntó a clases de ballet pero lo dejé a los ocho años porque no me apasionaba tanto como para seguir haciéndole malgastar el dinero si no me gustaba lo suficiente como para desvivirme por él. A día de hoy me arrepiento por haber tomado esa decisión.


-¿Te encuentras mejor del dedo?. - preguntó Dan parando de tocar y preocupándose por mi situación con el dedo que tenía vendado.


-Si, mucho mejor, gracias.


-¿Gracias?, ¿por qué? - exclamó extrañado.


-Por hacerme pasar los dos mejores días de mi vida, por curar lo que otros han dañado y por preocuparte por mi cuando verdaderamente deberías estar dándome de lado.


-No seas boba Beth. Te dije que Kelly se inventó todo eso para hacerte daño. En realidad nos engañó a los dos tanto a ti como a mi. Pero somos jóvenes dentro de lo que cabe Beatrice. Tenemos muchos años por delante y podemos pasarlo juntos. Si tu deseas claro.


¿Si yo lo deseaba?. Llevaba esperando este momento ... ¿Cuanto? ... ¿Cuatro años?. Creo que me quedaría corta si hablase de años, pero tampoco es plan de ponerse a hacer cuentas ya que me arrepentiría de cada paso que di de odio hacia él cuando realmente lo que quería era acercarse a mi y yo no le dejaba.


-Dan yo ...


No pude terminar. No me dejó. Posó sus labios con los míos y acto seguido mi mano se posó en su nuca acariciándole suavemente el cuello y jugando con las pequeñas greñas traseras de su cabeza.


-Te adoro Beth, quiero que seas mía. Que sea yo el único que pueda mirarte a tus ojos color chocolate, besar tus labios con sabor a miel y poder notar el pulso bombeando cada vez que me acerco a ti a paso lento y decidido para poder observar de cerca lo hermosa que eres y la suerte que tengo de que estés a mi lado.


Atónita. Sí, esa es la palabra. Así me sentí. No tenía palabras. Mis ojos pestañeaban porque lo necesitaban pero sino fuera por ello me habría quedado estupefacta delante de Dan como una niña a la que le acaban de dar una llave para que se adentre en el mundo de las golosinas o mejor aún le han dado la casa de chocolate que les pertenecía a Hansel y a Gretel.

Le devolví el beso que me propinó hace unos escasos minutos pero triplicado por diez. Le deseaba. Necesitaba sentir el calor de su cuerpo y el ansia de sus manos al tocar el mío. Lo peor de todo ello es que el beso no duró mucho. Dan me desconcentró apartándome de él y ya no era lo mismo. Como se diría en estos momentos: me cortó el rollo, de todos modos no se lo tuve muy en cuenta porque al segundo me dio otro beso ya que veía brotar el anhelo de sus labios estampados contra los míos.

8 comentarios:

  1. Holaaa!! :) Joba! que bonito!!!!! me encanta esta historiaa!! :) Al fin se besaroonn!! ^^ y encima despues de que el tocara el piano, aainnss... a ver que pasaaa!! estoy deseando seguir leyendoo!! Un besoooo!! ;D

    ResponderEliminar
  2. Oooh! Qué bonito *_*
    Al final se han besado! Por fin! :D
    A ver si escribes pronto. Un beso (:

    ResponderEliminar
  3. oooooooiiiss que lindooo dioooss me encantaaaa me he quedado con ganaas de mas jaja esta genial guapisimaa pronto el siguiente por favorr =) bss

    ResponderEliminar
  4. oooo!!! es que me encantan!!! de verdad que estoy todos los días pendiente para ver si as actualizado de la historia... es maravillosa, además me encanta (y creo que ya te lo he dicho un par de veces) como plasmas los sentimientos y sensaciones. Es fntástico.
    Un beso enorme!

    ResponderEliminar
  5. Bueno, por fin m he pasado!!!!! ke me encanta esta historia, y k por fin le ha dicho eso, pero.. pork se ha apartado? y pork ella no le ha contestado con palabras? pork los hechos están ahi!!! Kiero mas, ya lo sabes!!! Bss wapa

    ResponderEliminar
  6. Precioso !! [Sí, hacía mucho que no me pasaba por aquí.. >_< sorry]
    Creo que es una historia [vale, me estoy luciendo] así que aver si puedo seguirla oki? :)
    Dan es tan.. sexy *_* Me encantan !

    ResponderEliminar
  7. No Sondra, no es una historia. Es un microrelato. Y sí Dan es un encanto =)
    Me alegra que hayas vuelto con las pilas puestas.
    ¡Un besazo para todos!

    ResponderEliminar
  8. ;D ains me encanta . Llevaba leyendote desde hace bastante pero no siempre puedo darte mi opinion ;D sin duda adoro a Dan es tan mono y si por fin se besaron . ;D me encanta como transmites los sentimientos y las emociones ;D es fantastico

    ResponderEliminar