Sí, nosotros.

Nosotros, sí, somos nosotros los que olvidamos con gran facilidad y pretendemos que nos recuerden. Somos nosotros lo que peleamos esperando un perdón por parte de la otra persona. Somos nosotros los que gritamos y esperamos que nos hablen serenamente. Esperamos tanto que nos aburrimos de esperar, pero no llegamos a la conclusión de que vas a recibir lo que tú das, si das odio tendrás odio y si das cariño lo tendrás.

Pero es más fácil ir por la vida a gritos, imponiéndote a las personas, siendo el mandamás. Y nos creemos mejores, nos creemos superiores a las personas por ser tan prepotentes, por ser tan odiosos por cada rincón que pisamos.

Hay que tenerse un poco más de amor propio y un poco más de respeto a uno mismo, porque para pedir respeto primero hay que ser respetado.