domingo, 21 de noviembre de 2010

Lluvia de problemas.

Cuando las cosas no salen a pedir de boca, ¿a quién normalmente pedimos ayuda? A nuestra mente para que maquee algunas ideas, pero ¿quién siempre nos defrauda? Ella misma.

Tenemos la mente en tantos problemas que cuando realmente la necesitamos nos deja de lado y es cuando nuestros quebraderos de cabeza aumentan conforme pasa el tiempo.

Para colmo, esta sociedad egoísta no ayuda, bueno si que lo hace, crea más problemas de los que tenemos. Nos machacan y machacan hasta que nuestra mente se colapsa, hasta que estamos saturados y hasta que necesitamos una limpieza de disco duro o comprarnos uno nuevo. Pero sucede que el cerebro no está preparado para nuestra conciencia maligna.

Gracias a dios, tenemos nuestro psicólogo personal, el corazón. Cuando la cabeza no ayuda, cuando está saturada, escuchamos a nuestro corazón, y ¡qué razón!.El es a quien de verdad le importamos, quien deja la vida y deja de latir por nuestro sufrimiento.

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