domingo, 1 de mayo de 2011

Hasta dentro de unas horas.




Maldito trabajo, malditos sean los relojes y maldito sea el tiempo que transcurre de forma rápida cuando quieres que se pare. Necesitaba estar con él a cada segundo. No encontraba una excusa para que no decidiera llevarme a casa y poder quedarme con él aunque fueran unas horas más. Sin embargo yo no tenía a nadie en casa y él tenía que ir a cuidar de su madre o al menos ha echarle un vistazo. ¿Y si voy con él?. No, no por favor, que cosa tan osada por mi parte. Me puse a pensar lo que podría hacer para que Dan entrase en razón y viera en mí el deseo de que pasase más tiempo conmigo. Me levanté de la banqueta y fui a coger mi bolso con la mano en la que no tenía vendado el dedo.


-Vale, - dije resignándome - pero mañana te invito a almorzar. - dije sonriendo.


-De acuerdo. - contestó con otra sonrisa que me contagió y a la vez me encantó. Dan tenía ese algo especial que se salía de la normalidad y yo estaba encantada que me haya elegido a mi.


Salimos de su acogedora casa pero antes de nada me fije de nuevo en aquel piano tan brillante. De repente relacioné a Dan con aquel instrumento musical. Los dos brillaban con luz propia por si solos, los dos sabían sacar lo mejor de mi sin necesidad de hablar y los dos eran imposibles de olvidar en sólo una noche. Nos acercamos al coche, hacía un poco de frío y antes de subirnos Dan colocó por encima de mis hombros su chaqueta de cuero negra. Su perfecto cuerpo estaba bajo una camiseta de manga corta blanca que dejaba al aire sus musculosos brazos. Se acomodó en el sillón del piloto y yo en el de su lado. Arrancó el coche con un giro de llave y se dispuso ir a donde anteriormente estaba tan nerviosa con la llegada de aquella cita que finalizó con el mordisco de un pato celoso. Mi atención giraba entorno a él. Me gustaba como se le tensaban los músculos de la mandíbula cuando se ponía serio y me era imposible no sacar una pequeña sonrisa al verle estar así. Casi estábamos llegando a mi destino pero después de ello él se marcharía por donde ha venido. Eso me entristecía. Quería pasar las horas junto a él. Nunca pensé que llegaría a sentir ese amor por Dan cuando hace sólo unos días escribía en mi Diario el odio que le tenía desde que Kelly aseguró estar con él. De nuevo maldecí el trabajo que me esparaba mañana sin embargo me alegraba porque a causa de él volvería a verle.



Aparcó en doble fila y me bajé del coche como pude teniendo cuidado de no darle a la carrocería de algún que otro vehículo que se encontraba cerca del suyo. Allí estaba mi escarabajo, mi fiel y acogedor       automóvil.


-Bueno princesa aquí cesó nuestro baile. - dijo casi sin voz. Seguramente él estaba igual de melancólico que yo. No podía apartarme de él por mucho daño que guardase del pasado en mi cabeza. Mi corazón sentía que era mío y que no podía dejarle escapar.


-Espero que mi carruaje no se convierta en calabaza antes de las doce de la noche, sino te quedarás en medio de la calle. - contesté con una sonrisa forzada pero a la vez dulce y espontánea.


-Te quiero Beth.


-Y yo a ti Dan. Nos vemos mañana en la oficina.


Cogí el bolso y me acerqué a él hasta conseguir llegar a sus labios y darle ese merecido beso de despedida. Y con un leve cerrar de puerta por mi parte acabó nuestro día tan sumamente especial. Esperé a que se alejara lo suficiente como para perderle de vista pero creo que eso no fue una gran idea ya que cada vez me iba angustiando más su ausencia.


Subí las escaleras del piso. Todo parecía extraño. Las ancianitas no estaban mirando por la mirilla, mi amiga no salió de casa al oír mis pasos y a mi cada vez se me hacía más pesado subir cada escalón. Cuando llegué se tornó una clara victoria de mi dejadez física y con un giro de llave, que me recordó al mismo que hizo Dan para traerme a casa en su coche, abrí la puerta y me introduje en aquel silencioso pasillo. Tiré el bolso en el sofá y con él me hundí en el cojín añorando la vuelta de Dan a por mi. Pasaron los minutos y decidí levantarme. No tenía ganas de cenar. Tampoco tenía ganas de ver la televisión y mucho menos de irme a dormir. Cogí mi Diario y como siempre comencé con ese "Querido Diario".

5 comentarios:

  1. me encantaaaaaaaa!! dios que pasdaaaa k potitoo!! k s ehubiera kedao a dormir con ella! xDD jajaaj me encanta guapa sigue asi espero el siguiente =)

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  2. O.o
    *.*
    Me encantaaaaaaaa!!! Si esque te digo siempre algo que ya sabes!!! Asík solo te dire ke kiero más y espero ansiosa el siguiente. Un besito hermosita guapa :) Muaks teQ

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  3. Me encanta esta re bueno.. no puedo para de leer ya qiero el proximo capitulo.. sos una idola escribiendo!!! te pasas por mi blog www.unaadolescenteloca.blogspot.com
    espero con ansias tu repuesta y cual es tu opinion.
    graciias
    besos
    IDOLAAA

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  4. Me encantan estos dos... son tan tiernos y romanticos... ¿Quien no querría un chico así? Lastima que este tipo de relaciones solo sucedan en nuestras cabezas o en historias como estas ^^
    Como siempre y algun día te cansaras de oirlo... ¡Me encata!

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  5. que bonitas historiass. Me encantan jajaja ojala pasaran mas amenudo cosas asi en la vida real . A ver si te pasas por mi blog y me das algun consejito besitos desde Solograndesilusiones.blogspot.com

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