jueves, 21 de octubre de 2010

Fácil lo detectable, dificil lo inolvidable.

La vida, la vida, la vida … ¿Qué es la vida?, ¿cómo se definiría vida?, ¿cómo lo contrario a la muerte?, ¿y que es la muerte?.

La muerte es por la que dejamos de existir, la muerte es por lo que cogemos depresiones hacia ella, la muerte no es más que un miedo existencial que atormenta nuestros pensamientos y nuestro subconsciente. La muerte no es más que momento en el cual nuestra vida se esfuma. Pero como ya dije ¿qué es la vida?.

La vida es pensar mucho y hacer poco. El elixir de la vida es la existencia, es la fe al prójimo, es la fe a algo que no existe, es la fe o la creencia de alguien que no aparece, que no te ayuda, que te quita lo que más quieres, que te pone obstáculos en esta vida … ¿Por qué no creemos en nosotros mismos?. Porque si creyéramos en nosotros, de forma egoísta, saltaríamos los baches, nos comeríamos el mundo, haríamos de las palabras los hechos.

Pero aunque creyéramos en nosotros mismos no podríamos caer, no tendríamos que levantarnos, no tendríamos vergüenza a lo que no se debe y seríamos espabilados para lo que nos conviene.
La vida. La vida no es más que una estrella fugaz, que un pájaro volando, la vida es “un visto y no visto” … La vida comienza, y sigue con nuestras generaciones, y finaliza.

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